Ronda, jueves 4 de junio de 2009

La ONU pide firmeza contra el consumo

El organismo supranacional reclama mantener la prohibición para reducir la demanda y la oferta

La Organización de las Naciones Unidas no exige encarcelar a los consumidores de drogas, pero tampoco comparte el criterio de dejar el uso de estupefacientes en el campo de las decisiones individuales. Más aun: en sus documentos sobre el tema, el organismo supranacional recomienda con firmeza desalentar la demanda mediante acciones legales y sociales.

Inclusive, la ONU pide que se trate al usuario de drogas con políticas de control comunitario similares a las empleadas sobre quienes fuman tabaco. La intención es quitarles a las drogas ilícitas la tolerancia social que permite hoy el crecimiento del mercado. En ese aspecto, la ONU resalta el trabajo de Suecia.

"A lo largo del tiempo, los controles internacionales han limitado el número de personas que consumen drogas ilícitas a una pequeña fracción de la población adulta mundial. Pero la violencia y la corrupción, asociadas con el tráfico de drogas, han proporcionado pruebas a una ruidosa minoría de defensores de las drogas [y los ha llevado] a afirmar que es peor el remedio que la enfermedad y que la legalización de las drogas era la solución. Ese sería un error histórico", indicó en abril último, ante representantes de todos los países, Antonio Costa, director ejecutivo de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito, Onudd.

La ONU debatió en Viena, este año, el plan de acción internacional contra la oferta y la demanda de drogas. Se calcula que el mercado internacional de sustancias ilegales es de 320.000 millones de dólares por año. El 4,8% de la población mundial de entre 15 y 64 años (unos 208 millones de personas) consumen diversos estupefacientes ilícitos.

Costa, en nombre de la ONU, manifestó: "No es necesario elegir entre salud y seguridad, son aspectos complementarios. El hecho de que el tráfico de drogas enriquezca a los delincuentes, destruya las comunidades e, inclusive, amenace a las naciones hace que sea necesario hacerle frente con urgencia y con determinación. Es necesario un cambio en las políticas contra la delincuencia, no en favor de las drogas.

"El respeto de la ley y el alto precio mantienen alejado de las drogas a un número incalculable de adictos potenciales. El levantamiento de los controles sobre el uso de las drogas sería una cínica abdicación de la responsabilidad que tiene el Estado de proteger la salud de sus ciudadanos y equivaldría a aceptar que una parte de cada generación ha de perderse por la adicción a las drogas".

Y destacó las políticas desarrolladas por Suecia: "Es un buen ejemplo para estudiar un enfoque nacional de reducción de la demanda y de la oferta, en coordinación con la prevención, el tratamiento y la imposición de la ley. Los resultados son claramente positivos, con un alto precio y una baja disponibilidad de las drogas, una fuerte conciencia acerca de los riesgos del uso de drogas y tasas de consumo bajas".

Costa apuntó a modificar la actitud de tolerancia sobre los consumidores de drogas ilegales para comprometer a la sociedad en el control de la demanda. "El cambio de paradigma en la campaña de lucha contra el tabaco llegó cuando dejó de considerarse el problema como una cuestión de elección personal y comenzó a percibirse como una cuestión de salud pública. Y ése es el sendero que debe tomarse hoy", concluyó Costa.

Martes 2 de junio de 2009 | Publicado en edición impresa La Nación