Fuente: La OEA
Foto: Infractores desarrollando labores comunitarias por orden judicial. Midtown Community Court. Nueva York. Fuente: Center for Court Innovation.
El abuso de drogas tiene consecuencias directas a lo largo y ancho de las Américas, impactando además de al individuo, a las familias, al entorno laboral, y la seguridad ciudadana. En los últimos años, y como parte de la búsqueda por soluciones eficaces, los sistemas de justicia de algunos países están teniendo éxito con un nuevo enfoque que centra su atención en la rehabilitación de infractores dependientes de drogas mediante la alternativa al encarcelamiento, con supervisión judicial (muchas veces llamadas Cortes de Drogas). Con el objetivo de mejorar la seguridad de las comunidades donde viven los consumidores transgresores de la ley, la Organizacíón de los Estados Americanos (OEA), a través de uno de los departamentos de la Secretaría de Seguridad Multidimensional, la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD), está trabajando con los Estados miembros en el desarrollo e implementación de políticas de tratamiento al infractor dependiente desde el punto de vista sanitario, y con apoyo social, sin perder su libertad.
A través de un mayor énfasis en la supervisión judicial, una mejor coordinación de recursos, y la celeridad del procedimiento judicial, se persigue interrumpir el ciclo de comportamiento delictivo, del uso de alcohol y otras drogas, y del encarcelamiento. Los detalles sobre cómo se han aplicado estos mecanismos y procedimientos varían de una jurisdicción a otra, y de país en país.
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