martes, 30 de agosto de 2011

Tratamiento del dependiente de drogas como alternativa al encarcelamiento

Tratamiento del dependiente de drogas como alternativa al encarcelamiento

Fuente: La OEA









Foto: Infractores desarrollando labores comunitarias por orden judicial. Midtown Community Court. Nueva York. Fuente: Center for Court Innovation.


El abuso de drogas tiene consecuencias directas a lo largo y ancho de las Américas, impactando además de al individuo, a las familias, al entorno laboral, y la seguridad ciudadana. En los últimos años, y como parte de la búsqueda por soluciones eficaces, los sistemas de justicia de algunos países están teniendo éxito con un nuevo enfoque que centra su atención en la rehabilitación de infractores dependientes de drogas mediante la alternativa al encarcelamiento, con supervisión judicial (muchas veces llamadas Cortes de Drogas). Con el objetivo de mejorar la seguridad de las comunidades donde viven los consumidores transgresores de la ley, la Organizacíón de los Estados Americanos (OEA), a través de uno de los departamentos de la Secretaría de Seguridad Multidimensional, la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD), está trabajando con los Estados miembros en el desarrollo e implementación de políticas de tratamiento al infractor dependiente desde el punto de vista sanitario, y con apoyo social, sin perder su libertad.

Este modelo consiste en la creación de tribunales de tratamiento de drogas, donde la recuperación del individuo está siendo directamente supervisada por un magistrado, quién mantiene en todo momento el poder de premiar el progreso del individuo o, por el contratio usar medidas correctoras en caso de recaidas. Para ello, el juez se sirve del apoyo de un equipo de fiscales, abogados defensores, oficiales de policía, profesionales del área de la salud y trabajadores sociales, que ayudan a la rehabilitación y reintegración del individuo en la comunidad. Este enfoque ha sido probado de manera exitosa en varios países, reduciendo la reincidencia en el delito, y la recaída en el consumo de drogas. Por otra parte el enfoque es consistente con la nueva Estrategia Hemisférica sobre Drogas (2010), que establece que la dependencia de drogas es una enfermedad crónica y recurrente, que ha de ser tratada como parte de las políticas de salud pública.

A través de un mayor énfasis en la supervisión judicial, una mejor coordinación de recursos, y la celeridad del procedimiento judicial, se persigue interrumpir el ciclo de comportamiento delictivo, del uso de alcohol y otras drogas, y del encarcelamiento. Los detalles sobre cómo se han aplicado estos mecanismos y procedimientos varían de una jurisdicción a otra, y de país en país.

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domingo, 28 de agosto de 2011

Las miradas parciales nunca sirven

Opinión

Las miradas parciales nunca sirven

Por Roberto Canay | Para LA NACION

Jueves 25 de agosto de 2011 | Publicado en edición impresa

El flagelo de las drogas es desde hace un tiempo un tema de debate que generalmente suele enfocarse sesgadamente en los adolescentes, ya de por sí estigmatizados.


Si bien las prevalencias de consumo de drogas son más altas en la adolescencia y las edades de inicio rondan, en promedio, los 16 años, es importante situar el problema de la droga en su contexto político, económico y, sobre todo, social, para comprenderlo mejor y comprometer así a toda la sociedad.


Son pocos los debates que escapan de lógicas reduccionistas e incluyen a todo el entramado social. A veces es como si "la adolescencia" o "los jóvenes" crearan el problema independientemente de toda una estructura que produce, provee y comercializa las sustancias definidas como drogas ilegales dentro de un contexto social cada vez más tolerante al consumo.


Abordar el problema desde una perspectiva más amplia nos obliga también a revisar, desde nuestros valores como sociedad, hasta la acepción misma del término "droga".


El problema de las adicciones es un fenómeno multidimensional y pluricausal, por lo tanto no es un problema sólo de "drogas". Es un problema personal, lo es también familiar, social, de salud, afecta la vida laboral, impacta en el sistema sanitario, impacta también la productividad del país; pero por sobre todas las cosas, es un problema de todos como sociedad.


* * *

La información estadística del Observatorio de Adicciones del Ministerio de Desarrollo Social del gobierno de la ciudad de Buenos Aires señala que el 20 por ciento de la población, entre los 12 y 65 años, consumió alguna vez en la vida drogas ilegales.


El 9 por ciento las consumió en el último año y el 6 por ciento, en el último mes. El mayor consumo se verifica entre los 19 y los 34 años, especialmente en los varones. Pero hay registro de consumo en todas las franjas etarias.


Es la marihuana la droga ilegal con mayor prevalencia de consumo alguna vez en la vida, con el 18,9 por ciento. La mitad -el 9,3 por ciento- de los encuestados informó que había fumado marihuana en el último año, mientras que los consumidores en el último mes representaban el 6,2 por ciento.


El año pasado se realizó un trabajo de campo en cuatro hospitales generales en la ciudad de Buenos Aires para sondear la incidencia del consumo de sustancias psicoactivas en las emergencias médicas. Ese trabajo determinó que el 11,5 por ciento de las ingresos en las guardias estuvo relacionado con esa situación.


Al igual de lo observado en los relevamientos de 2008 y de 2009, el alcohol y los psicofármacos continuaron como la primera y segunda sustancias en orden de prevalencia de consumo en las seis horas anteriores al ingreso en la guardia hospitalaria. De todas maneras, el dato significativo en ese informe fue el crecimiento del consumo de marihuana detectado en las 6 horas previas a la emergencia, pasando del 1,5 por ciento, en 2009, al 4,7 por ciento, en 2010.


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En consecuencia, la atención de las adicciones debe abordarse de forma conjunta y articulada entre los organismos estatales (salud, educación, trabajo, desarrollo social, etc.), la sociedad civil y la comunidad; un camino que en nuestro país se ha comenzado a transitar, pero del cual queda mucho por recorrer.


Enfocando a las adicciones desde esta perspectiva más amplia, será en la participación, la articulación y el trabajo conjunto donde deberán gestarse las respuestas y alternativas de tratamiento de las adicciones.


Desde este punto de vista es donde adquiere cada vez mayor importancia la prevención, una prevención basada en la evidencia, con instancias de participación y evaluación que nos permitan no andar a ciegas ni a solas, un camino todavía difícil por recorrer.


El autor es director del Observatorio de Adicciones del Ministerio de Desarrollo Social porteño

http://www.lanacion.com.ar/1400432-las-miradas-parciales-nunca-sirven

Las falencias para asistir a los adictos

Narcotráfico / Cómo se trata hoy a los consumidores en el país


Las falencias para asistir a los adictos


El fenómeno de la drogadicción afecta a todas las clases sociales, pero en los sectores más vulnerables causa más daño y admiten que es donde se complican las tareas de contención

Por Valeria Musse y Ramiro Sagasti | LA NACION

Jueves 25 de agosto de 2011 | Publicado en edición impresa


LA PLATA.- "Al más excluido todavía no llegamos." Lo reconoció la subsecretaria de Adicciones de la provincia de Buenos Aires, Gabriela Torres. Está claro que el consumo de drogas afecta a todos los estratos sociales, pero también es evidente que provoca mayores daños en los sectores más vulnerables. En los barrios marginales de la Capital Federal y el conurbano bonaerense, a los narcotraficantes les resulta muy fácil instalarse, y a los adictos, muy difícil pedir ayuda para dejar las drogas.


Según un informe que la consultora Equis, de Artemio López, hizo en mayo pasado, en el país hay 973.739 jóvenes de entre 15 y 24 años que no estudian ni trabajan ni buscan empleo; ese número representa el 13,8% del total de la población de esa edad del país. El porcentaje es similar en la provincia, donde hay 364.784 jóvenes en la misma situación de vulnerabilidad social. Son las personas a las que el Estado no llega.


Dijo Torres: "La mayoría de los que se acercan a nosotros, el 65,1%, tiene redes sociales de contención que pueden ayudar a incluir a las personas con problemas de consumo en espacios sociales y culturales que colaboren a construir un proyecto de vida saludable". Luego, la funcionaria admitió que si bien "con la asignación universal por hijo el Estado llegó adonde antes no había llegado", las políticas de adicciones aún no han alcanzado a los sectores sociales más excluidos, los que no tienen acceso a las mencionadas redes de contención.


La subsecretaria precisó que la mayoría de los adictos asistidos por el estado bonaerense son varones solteros, con una edad promedio de 25 años. El 54,6% tiene algún tipo de empleo y casi el 80% de los casos recibe tratamientos por consumir alcohol (un 29,4%), cocaína (un 26,5%) y marihuana (un 22,6%).


Las estadísticas de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar) dicen que el 89,1% de los pacientes internados en los centros de tratamiento públicos y privados del país recibe apoyo de la familia o de amigos. Estos números fortalecen la afirmación de la funcionaria bonaerense: que el Estado no ha alcanzado a los adictos de las estructuras sociales más vulnerables.


El titular de la Federación de Organizaciones no Gubernamentales de la Argentina para la Prevención y el Tratamiento de Abuso de Drogas (Fonga), Fabián Chiosso, coincidió en que hay una gran proporción de pacientes que acuden a la rehabilitación acompañados de su entorno familiar, de amigos o compañeros de trabajo. Aunque alertó: "Eso ocurre en el ámbito de los adultos. Con los chicos y adolescentes hasta los 14 años, sobre todo los que viven en la calle, es más difícil encontrar una red social que los aliente a rehabilitarse".


José María Rshaid, director de la ONG Casa del Sur, que tiene 15 centros de atención de adictos, afirmó: "Las patologías más graves las sufren quienes no tienen a nadie que se preocupe por ellos, y es ahí adonde hay que apuntar. Esos adictos, que suelen poner en riesgo su vida y la de los demás por el alto nivel de adicción que tienen, necesitan ser internados para un tratamiento controlado", y agregó: "Hay que poner en tela de juicio los tratamientos ambulatorios. Es como si estuviéramos hablando de aspirinas para la cura del cáncer".


Rshaid puso el dedo en la llaga. La nueva ley de salud mental promueve, justamente, los tratamientos ambulatorios. La subsecretaria Torres defendió. "Hay ONG regidas por lógicas conductistas que proponen los aislamientos, incluso de hasta tres años. Son las mismas lógicas que ligan al adicto con el delito. La nueva ley de salud mental se enfoca en las personas y no en las sustancias. Las internaciones deben efectuarse en momentos de crisis."


El psiquiatra Marcos Berstein, máster en adicciones y director del Departamento de Psicopatología y Terapia Familiar del Brian Center, consideró: "La nueva ley es positiva respecto de los derechos humanos del paciente. Durante mucho tiempo, en las patologías psiquiátricas se abusó de las internaciones. Pero un paciente con una sobredosis o muy deteriorado requiere una internación. La ley contempla las internaciones, pero de manera insuficiente, no están bien regladas".

http://www.lanacion.com.ar/1400431-las-falencias-para-asistir-a-los-adictos