Anda el personal revuelto con los temas judiciales y con el proceso al juez Garzón. He de decir que nunca he creído en la justicia de los hombres, pero son las reglas del juego y deben acatarse por que la sociedad ha de tener sus mecanismos defensivos.
Si recordamos a aquellas madres de la Plaza de Mayo de Argentina que se organizaron para manifestarse un día a la semana para reivindicar la aparición de sus hijos robados por los dictadores argentinos y a cuya cabeza estaba la señora Hebe de Bonafini. Recuerdo que recorrió las televisiones españolas ganándose la simpatía de todos. Después continuaron, como abuelas ya, pidiendo la aparición de sus nietos y han conseguido bastantes resultados; haciendo, además, que la justicia de los hombres castigara a los secuestradores. Sobre esto he leído cosas para todos los gustos, pero yo ni salgo ni entro.
Pues estas madres que se ganaron el reconocimiento y simpatía de todos por enfrentarse a los asesinos de sus hijos. Hoy con sus pañuelos, símbolo de su lucha, por la defensa de sus hijos; se fotografían sonrientes en su Argentina natal al lado de los que montan sus tenderetes pidiendo la legalización de las drogas que están matando a tantos hijos de madres argentinas. Droga que también mata a los hijos de otras madres no argentinas.
Las metamorfosis, a veces, son puñeteras y demasiado liviana la memoria.
Esto pasa por crear ídolos humanos.
Juan Damián Sánchez Luque
Jueves, 16 de febrero de 2012
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