lunes, 28 de junio de 2010

“EL DESAFÍO DEL PACO”

Conmemoración del Día Internacional de lucha contra la droga…

“EL DESAFÍO DEL PACO”

Buenos Aires, 24 de junio de 2010


“En nuestras obras, nuestro pueblo sabe que comprendemos su dolor.” San Alberto Hurtado.


En primer lugar quiero, en nombre del Equipo de Sacerdotes para las Villas de

emergencia, agradecerles su participación. Esta conmemoración ha reunido a personas

de distintas procedencias, partidos políticos, y posición respecto al tema que nos

convoca. Han venido personas que trabajan en los tres poderes del Estado, ya sea a nivel

nacional como local, representantes de Organizaciones de la Sociedad Civil, de los

Organismos del Estado que abordan las políticas de Drogas y Trabajadores de los

medios de comunicación social. También participan Voluntarios, Familiares, Chicos y

Chicas en tratamiento en el “Hogar de Cristo”, nuestro centro de recuperación.1

Nos hemos reunido en este colegio de Don Bosco, para pedirle a este gran santo

que nos contagie su mística de cuidado de los niños y jóvenes más pobres y vulnerables.


La verdad es que tenemos que reconocer con humildad y dolor que el mundo de los

adultos abandonó a los chicos en situación de pobreza y los dejó en manos de aquellos

que no les importa nada de sus vidas y les ponen veneno en sus manos.”2

Vivir nuestra misión en las Villas y la experiencia que nos ha dado el “Hogar de

Cristo” nos animan a transmitirles algunas convicciones que consideramos pueden ser

útiles para enfrentar el desafío que el Paco presenta a nuestra Sociedad. Es importante

que quede claro, no estamos hablando de las drogas en general, sino del paco en

nuestras Villas.


Hace pocos días, con el equipo de curas de las villas estábamos comentando la

película “Casas de Fuego” de Juan Bautista Stagnaro, que narra la epopeya del Dr.

Salvador Mazza en su lucha contra el mal de Chagas. En ella aparece una carta que el

Dr. Carlos Chagas envió al mismo Dr. Mazza en 1928. Agobiado por el peso del mal, le

decía:

"Si desea investigar esta enfermedad, tendrá todos los gobiernos en contra. A

veces pienso que más vale ocuparse de crustáceos y batracios que no despiertan la

alarma de nadie"

Nos dio que hablar. El Dr. Chagas veía lo difícil que sería encontrar la salida del

Mal. Todas las medidas sanitarias resultaban insuficientes frente a las dimensiones del

problema. Esa enfermedad no se solucionaba simplemente con una vacuna, o un

medicamento. Por cada enfermo del Mal que aparecía, detrás había una familia viviendo

por debajo de la línea de pobreza, en ranchos precarios de barro y de paja. Toda la

política social del país y las provincias debían acompañar a la política sanitaria. De lo

contrario no habría solución. El Mal de Chagas, no era más que el doloroso síntoma de

una enfermedad más profunda.


Estamos convencidos que cuando hablamos del Paco estamos hablando de un

fenómeno de naturaleza similar. Si el Mal de Chagas es una ventana que exhibe la

pobreza del interior de nuestro país, entonces el Paco denuncia la miseria de las grandes

periferias urbanas. Hoy se escucha que el Paco llegó a la clase media y alta pero sin

embargo no es tan así. Otras clases podrán consumir paco, podrán venir a la villa para

hacerlo, podrá tratarse de la misma sustancia comprada en el mismo lugar. Pero el paco

será entonces simplemente una droga. En nuestros barrios es mucho más… Cuando el

hospital no está preparado para recibir a los chicos, cuando las posibilidades de

internación están todas demasiado lejos, cuando no se tienen los documentos y no se

puede hacer casi ningún trámite, cuando en la escuela ya no hay lugar para ellos, cuando

el mundo de trabajo les resulta esquivo, cuando la justicia es solo el organismo que los

inculpa por las consecuencias del consumo, cuando el único sitio que los recibe es la

calle, cuando no hay esperanzas, entonces estamos frente al paco más terrible. No

importa tanto si el paco es lo que queda de la cocaína o si no se sabe bien que es, lo más

terrible es que hace explotar la marginalidad.


El paco es un rostro nuevo de la exclusión, más sangriento. Entender esto es el

principio de la solución. Porque si no lo captamos seguiremos pensando que con las

respuestas que tenemos alcanza. No basta con los dispositivos existentes. Nadie que

entienda el problema del paco en estos barrios podrá pensar que un tratamiento de

recuperación puede solucionar el problema. Cuando los chicos y chicas de nuestros

barrios regresan de un tratamiento se vuelven a encontrar inmersos en un mundo donde

se puede consumir de día y de noche, no encuentran lugar donde no se huela o no se

sienta la droga, los amigos de toda la vida siguen viviendo al lado, siguen parando en el

mismo pasillo y viviendo del mismo modo, no encuentran trabajo, se encierran o

deambulan, y el final va apareciendo con la fuerza de una fatalidad, sin una propuesta

de vida la muerte aparece como ineludible… Para que se recuperen estos chicos hay que

cambiar también el mundo a su alrededor. 3


Hablamos del paco y centramos nuestra atención en los Organismos que se

ocupan de la drogodependencia. Pensamos en la Sedronar, en la Coordinación de

adicciones del Gobierno de la Ciudad, en las decenas de Comunidades Terapéuticas

conveniadas, en el Cenareso y en el Payda4… Evidentemente, son los primeros que

deben entender que estamos frente algo nuevo y que es necesario adaptarse; pero nadie

con experiencia puede pensar que allí podrá encontrarse la respuesta. La exclusión se

enfrenta haciendo lugar en la sociedad. Sin lugar en el mundo no hay recuperación

posible.


En el “Hogar de Cristo”, nuestro modesto centro de recuperación barrial, nos

encontramos a diario con esta realidad. Cuando caminamos por la villa, o vamos a

buscar a los chicos y chicas en situación de consumo, vemos que lo más común es que

piensen que ya no pueden cambiar. Sienten que todas las puertas están demasiado lejos.

Que si tienen suerte y pueden empezar un tratamiento, difícilmente lo puedan terminar,

y que si lo hacen es casi imposible que puedan mantenerse limpios cuando al ser dados

de alta vuelven a la villa. Como no consiguen trabajo, debemos inventarlo; hacer cosas

que deberían poder hacer por si mismos, abrir las puertas que la sociedad fue cerrando.

Creemos que debería haber más centros así, como el Hogar de Cristo en todos

los barrios. Pistas de aterrizaje desde donde los adictos puedan entusiasmarse con la

recuperación y ver que es posible, puedan prepararse para un tratamiento y llegar de

vuelta cuando lo terminan para organizar la vida. Centros que vayan a buscar a los pibes

y no esperar a que aparezcan, porque es muchas veces nuestra ineficacia o lentitud lo

que hace que descrean de las respuestas que podemos darles. Centros que reconstruyan

la historia de los pibes, despedazada, hecha trizas, fragmentos de intentos, tratamientos

e internaciones. Centros que le den unidad a la lucha, que hagan sentir que la misma

vida es la recuperación, y que tiene sentido pelearla.


El camino de la inserción para cualquier persona pobre de nuestros barrios, es

largo y trabajoso, y con sendas que se pierden en el laberinto de la burocracia. Si es así

para cualquiera, cuanto más difícil para este grupo marginal que presenta un alto

hándicap debido a las consecuencias del consumo de sustancias, y a la larga cadena de

ausencias: alimentación, salud, vivienda, trabajo, paz, integración.


Reconocer el fracaso es la puerta de la salvación. Sin tomar conciencia del lugar

exacto donde estamos parados con respecto al problema es imposible trazar caminos

verdaderos. Por eso estamos convencidos que es necesario un exhaustivo examen de

conciencia en todos los niveles. Los medios de comunicación, el empresariado, los

organismos de gobierno, el poder judicial, las Organizaciones de la sociedad civil, los

hospitales, la iglesia… nadie puede pensar “a mi no me toca” porque hacer lugar es

responsabilidad de todos.


Como indicábamos en nuestro documento “La droga en la villas despenalizada

de hecho”, en la villa los chicos se drogan en cualquier lado, en cualquier momento.

Familias enteras se destruyen por esta causa, la muerte violenta es moneda corriente,

cosa de todos los días. Madres desesperadas que ven que sus hijos se van muriendo de a

poco. Que recorren defensorías, asesorías, organismos de gobierno, tratando de

mantener encendida la esperanza, imaginando que un día serán escuchadas, y recibiendo

en cambio la sordera de un Estado ausente, que los abandonó a su suerte. Siguen

esperando ser escuchadas…

Cuando decimos “Estado ausente” queremos que se entienda bien. Hay muchos

Médicos, Abogados, Trabajadores Sociales, Psicólogos, etc. que trabajan en el Estado y

lo hacen de manera excelente, mucho más allá de su deber y es justo reconocer su labor.

Pero al mismo tiempo, el Estado como Organismo esta ausente en el tema que hoy nos

convoca. Esto no quiere decir que no se haga nada en materia de prevención y asistencia

de la drogodependencia en general, sino que, lo que se hace en cuando al “desafío del

paco” es tan desarticulado e insignificante como enfrentar a un elefante enfurecido con

una gomera. Reconocer esto es el principio de la solución, que nadie se enoje.


Mientras tanto se discute la despenalización, que dejaría de lado la única

herramienta actual que obliga al Estado a intervenir frente a tamaña inacción. Esta

discusión para nosotros pertenece a las últimas páginas de un libro. Todavía en nuestros

barrios no se han escrito las primeras; ya que muchos de los niños, adolescentes y

jóvenes de nuestras villas no viven sino que sobreviven y muchas veces la oferta de la

droga les llega antes que un ambiente dichoso y sano para jugar, llega antes que la

escuela, o llega antes que un lugar para aprender un oficio y poder tener un trabajo

digno. Se acortan así las posibilidades de darle un sentido positivo a la vida.

Por consiguiente más necesario que obligar al adicto a hacer tratamiento es

obligar al Estado a hacerse cargo. La despenalización, las leyes, los fallos, los

programas de educación y prevención, todo parece construido desde la clase

acomodada. Pero para legislar, juzgar y obrar desde los pobres es necesario escucharlos,

ya que desde su experiencia de la vida, que no es la que nosotros tenemos, perciben

cosas que nosotros no percibimos.


Hace poco nos tocó en el Hogar de Cristo, acompañar a una mamá muy joven

que no podía con su hijo, un adicto al paco que delinquía para consumir. Cuando la

señora vio que el pibe hacía cosas malas, que duraría poco, que se estaba hundiendo su

familia, y que sus otros hijos empezaban a imitarlo, comenzó un largo camino. Visitó

defensorías, asesorías y organismos judiciales. Durante dos años trató que alguien

escuchara su voz. El pibe no quería cambiar, pero en su adicción estaba arrastrando a

toda la familia a la ruina. Se llevó la puerta de su casa, las ventanas, electrodomésticos,

la ropa de todos. Lastimó a sus hermanos y a sus vecinos. Dos años de tragedia

recorriendo lugares con la única esperanza de ser escuchada, que un juez dispusiera la

internación de su hijo, aunque él no quisiera, porque ella prefería verlo internado a verlo

en un cajón. Y ocurrió lo peor, al pibe lo mataron. Cuando hacíamos la misa de

difuntos, ella entre lágrimas reconocía: Si me hubieran escuchado, no lo se, pero tal vez

hoy no estaría muerto. Las paradojas del destino, tuvo que llevar el certificado de

defunción al mismo juez que durante dos años no le prestó atención a su reclamo. Sólo

Dios sabe cuantos casos así hay en nuestros barrios, nosotros damos testimonio de que

son muchos. Por eso, vemos que para que nuestra legislación tenga en cuenta a los

pobres, incluso para juzgar o para armar las instituciones, el primer paso indispensable

es la escucha.


La escucha es apertura, lo contrario a las cerrazones dogmáticas de la ideología.

Urge ponerla en práctica en este campo en que los extremos ideológicos coinciden en

una falsa concepción de la libertad. Parece un sarcasmo, en los volquetes de la villa,

entre la basura, hay chiquitos de diez, o tal vez menos años consumiendo paco. Hay

nenas de catorce prostituyéndose, por la misma causa. Les preguntan si se quieren

recuperar, los mismos que obligan a sus hijos que tienen la misma edad a ir a la escuela,

al médico o al dentista. A ellos les preguntan. En nombre de la libertad, piensan que

llevarlos a un hogar contra su voluntad es represión, y no entienden que la droga los

hiere justamente en la libertad. Hay que vivir en la villa para escuchar su llanto, suele

ser de noche, cuando llueve, cuando hace frío, cuando tienen hambre, cuando todas las

dependencias del estado están cerradas. Ahí piden que se los ayude, que necesitan un

hogar, recuperarse.


Hace pocos días, un pibe de nuestro Hogar de Cristo que ya intentó un montón

de internaciones sin poder aguantar tres días en ninguna, estaba pensando en suicidarse.

“Ya lo probé todo, y no puedo aguantar ni un poquito – decía – no me da el cuero para

cambiar, lo mejor es que me vaya”. Pero se iluminó, se le ocurrió escribir una carta al

juez para que por favor lo internaran en un lugar cerrado, del que no se pudiera ir. Pedía

que lo medicaran si se ponía muy loco por la abstinencia. Narraba con claridad su

experiencia, y entendía que necesitaba poner entre paréntesis su voluntad por un tiempo.

El que interna por internar, para sacar del medio, para que el pibe no moleste; y

el que no interna cuando hace falta, ambos están lejos de entender a los pibes del paco.

Sólo escuchando podremos superar las antinomias ideológicas. En esta materia están de

sobra. La escucha es apertura que vence a la cerrazón. Los errores de la cerrazón se

pagan demasiado caros.


Nos detenemos a pensar lo que se pierde si no vemos el problema y tomamos el

toro por las astas. Pierden los adictos que terminan arrastrando una vida hecha girones

que habitualmente termina antes de tiempo y de modo violento; pierden sus familias,

sus padres que hasta llegan a abandonar el trabajo para cuidar la casa y lo poco que

tienen para protegerlo de su adicto, los hermanitos que abandonan la escuela cuando el

adicto les vendió los libros, delantal y zapatillas. Alcanza mirar el Calvario que viven a

diario las Madres del Paco, y todas las madres y padres, que aunque no estén

organizados, recorren a diario el vía crucis de la adicción. Pierden también los hijos de

los adictos – casi todos tienen hijos – que quedan expuestos a la intemperie, que muchas

veces son vendidos, olvidados, abandonados en noches de gira; pierde el barrio, víctima

de violencias demenciales, de robos reiterados, de muertes. Cada tanto, pierde también

el resto de la sociedad, cuando – cada vez más – lo peor de este mundo perverso sale del

su encierro y toca a alguien de afuera, entonces la sangre tiñe las rotativas de los diarios

y el tema ocupa primeras planas. Pierde el que vende, que termina enganchado, o sus

hijos. Pierde el que compra, la vida. Pierde el que trabaja, el que no tiene nada que ver

en el asunto, pierde el que está sano. Pierde el Estado que gasta los dineros públicos,

debe hacerlo, pero no le encuentra la vuelta. Pierde la Patria, pierde a sus hijos, se está

desangrando.


Con el paco perdemos todos, es mejor que nos ocupemos. Si la comunidad

entera no asume su responsabilidad, esto va a resultar demasiado caro. Cuando decimos

“comunidad entera” estamos incluyendo a los chicos y chicas en recuperación… ellos y

ellas son los jugadores esenciales en este difícil partido.


Pensábamos en un paradigma, el de la lucha contra la discriminación de

personas con capacidades diferentes. Aun cuando falta mucho, la sociedad avanzó

bastante en la conciencia del problema, y en muchas esquinas de nuestra ciudad hay

rampas para las sillas de ruedas, en los colectivos asientos, en las oficinas y

dependencias baños. La comunidad indica de este modo que se adapta para hacer lugar

a personas con capacidades diferentes. Cambiar para hacer lugar, es posible porque

reconocemos el problema.


La lucha contra el paco debe ser causa nacional porque es la lucha contra la

exclusión. Vemos que es el mejor modo de celebrar el Bicentenario.

Por último ponemos bajo la protección y el cuidado de la Virgen de Luján,

Madre de nuestro Pueblo, a las familias que en nuestros barrios sufren el flagelo de la

droga.


1 Ver www.sinpaco.org

2 La droga en las Villas: despenalizada de hecho. Equipo de sacerdotes para las Villas de Emergencia. 25 de

marzo de 2009.

3 Cfr. Celebrar el Bicentenario en la Ciudad de Buenos Aires (2010-2016). Equipo de Sacerdotes para las Villas

de Emergencia. 11 de mayo de 2010.

4 Nuestra misión se desarrolla en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires, pero podríamos incluir a los

Organismos que en cada Provincia se encargan de la drogodependencia.


Equipo de Sacerdotes

para las Villas de emergencia

(Arzobispado de Buenos Aires)


INVITACIÓN: Los convocamos a participar de una Jornada de Trabajo para darle

continuidad al encuentro de hoy… será el próximo 18 de agosto desde las 14 hs. en

Monteagudo 862 (Centro San Alberto Hurtado del “Hogar de Cristo”). Durante la

misma presentaremos el mural del polideportivo donde los chicos del Hogar han

plasmado con imágenes fuertes y elocuentes “el camino de consumo y el camino de

recuperación”.

Ronda, jueves 26 de junio de 2010 Plaza de Mayo

En 1987 la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas decidió establecer el día 26 de junio de cada año como el día internacional de la lucha contra el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas, de acuerdo a las recomendaciones surgidas de la Conferencia Internacional sobre el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas cuya fecha de celebración fue la elegida para el día internacional.

sábado, 26 de junio de 2010

Miércoles 23 de Junio de 2010 Matanza, Moreno, Lujan


El miércoles 23, por la mañana estuvimos en San Justo Matanza, continuando con las reuniones de formación, para un abordaje responsable de las adicciones. La próxima será dentro de 15 días.


Por la tarde nos reunimos en Moreno, con las Madres Contra el Paco, por la Vida y luego juntos fuimos a la Universidad Nacional de Lujan.


A 8 años de la Masacre de Avellaneda donde asesinaron a

Darío Santillán y Maximiliano Kosteki

La Lucha Continúa!!!

DARIO Y MAXI VIVEN!!!


Nuestros jóvenes siguen siendo asesinados con la represión y con la exclusión, con el sometimiento a la esclavitud de las drogas, el poder cómplice sigue aniquilando, pero eso si, realizan importantes eventos, por el 26 de junio Día Internacional de la lucha contra el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas, seguramente con eso lavan un poco sus conciencias.


¡¡¡Basta de hipocresía!!! ¡¡¡Basta de muertes!!! ¡¡¡Sí a la Vida en Libertad!!!

domingo, 20 de junio de 2010

Acto Ciudadano, en la Plaza San Martín de Avellaneda

Acto Ciudadano, en la Plaza San Martín de Avellaneda


Homenaje a la Bandera e izamiento del Pabellón Nacional


Fue una iniciativa de Nestor Varze, como vecino, confeccionar la Bandera de acuerdo a las normas requeridas e incentivar a los alumnos de su Escuela de Karate SATSUMA DOJO, cita en la calle Iriarte 535 entre Gutierrez y E. del Campo. En donde desarrolla las clases de Arte Marcial los días martes y jueves de 18hs a 20.30hs para los niños y para adultos todos los días de 20.30hs a 22.30hs.

Los días sábados realiza jornadas abiertas y gratuitas en esta misma Plaza para los que se quieran sumar.


Nestor, siempre repite que ama a su barrio, creció en el y con estas acciones transmite a sus alumnos el respeto al mismo, enseñándoles que cuidar el Barrio es cuidar nuestra propia casa.

Desde Madres por la Vida, en lucha contra el “paco” y como vecinas, participamos en la actividad porque coincidimos con Nestor, que la mejor prevención es que los chicos puedan acceder a distintas prácticas deportivas, que les permita un desarrollo físico y psíquico equilibrado y la motivación pase por el deporte y no por el consumo de drogas.


Trabajadoras de la Maternidad, se sumaron y sirvieron un rico chocolate, también se hicieron presente la Delegada Municipal y el Secretario de Cultura.


La jornada se realizó con muchísimo entusiasmo, Sensei, padres, alumnos y vecinos en general.

El espíritu de esta jornada ciudadana es el germen de la reconfiguración de la red social.

Consumo de estupefacientes / Se descarta la atención profesional en el 99% de las causas judiciales


...consideramos que a casi 20 años de la multiplicación de consumidores que terminan en abuso y adicción, decir que la falta de dispositivos para la atención de la salud y el tratamiento correspondiente es a consecuencia de una ley, y no reconocer que la verdadera razón es la inexistencia de políticas públicas, es una actitud cínica e irresponsable. Por otro lado tanto el Ministro Aníbal Fernandez, como la Dra. Cuñarro entre otros, con sus discursos generan mayor confusión ligando las adicciones a la salud mental y mientras tanto las secretarías de tratamiento de las adicciones de la Ciudad Autónoma y de la Provincia de Buenos aires, pasaron recientemente a depender de los Ministerios de Desarrollo Social. Si bien esta problemática requiere de la articulación ministerial, nos preguntamos si ¿ya tendrán definido el presupuesto para los dispositivos necesarios? o se vendrá otra discusión que dilataría la asistencia para los tratamientos. Y la madres tendremos que seguir deambulando en la búsqueda de recursos para salvar la vida de niños, jóvenes y adultos. Les queremos recordar a los gobernantes que la Vida es un derecho fundamental!!!
Compartimos una nota con algunas estadísticas:


Drogas: pocos casos van a rehabilitación

En tres años, los tribunales federales de la Capital derivaron a tratamiento médico a involucrados en 115 expedientes de un total de 8752

Daniel Gallo
LA NACION

Jueves 17 de junio de 2010 | Publicado en edición impresa

Apenas el 1,3 por ciento de las causas por tenencia de drogas termina en una medida curativa para los involucrados. En los juzgados, los casos se cierran casi al mismo tiempo en que comienzan a ser investigados. Esto sucedía incluso antes de que la Corte Suprema de Justicia dictaminara la inconstitucionalidad de la sanción para quien tuviera estupefacientes para consumo personal. En 2009, sólo en cuatro causas se resolvió la rehabilitación médica o educativa del infractor de la ley de drogas.

Así lo determina la primera investigación sobre casos de tenencia de estupefacientes, realizada en conjunto por la Sedronar y el observatorio de drogas de la ciudad de Buenos Aires. El informe analizó los expedientes de diez de los 12 juzgados federales de la Capital. Sobre 8752 causas ingresadas en los tribunales entre 2007 y 2009 fueron 115 las que tuvieron una sentencia que derivó a los consumidores a realizar tratamientos de recuperación.

"Queda claro que es baja la aplicación de la ley 27.737", explicó Beatriz Scorza, que encabezó el equipo de trabajo de la Sedronar.

Los investigadores de la secretaría antidrogas y sus colegas de la ciudad consiguieron la colaboración de los jueces federales, con quienes se entrevistaron para conocer sus puntos de vista. Entre los magistrados está consolidada la creencia, según describe el informe oficial, de que "es exagerado abrir un proceso por un cigarrillo de marihuana" y que "el consumo se termina en la salida de la adolescencia".

Los casos tratados por los juzgados federales se refieren a mayores de edad. De ellos, el 60% corresponde a la franja de entre 18 y 29 años.

Según Roberto Canay, director del observatorio de drogas del gobierno porteño, los tribunales parten de la idea, equivocada a su entender, de individualizar el problema. "La mirada de los jueces se apoya en referencias subjetivas, en experiencias personales o de su entorno cercano para tratar estas cuestiones. Se carece de un enfoque sociosanitario, del alcance social de algunas medidas que van más allá del acto individual que se analiza en una causa."

Tendencia en baja

En agosto de 2009, la Corte Suprema dictaminó que no se podía penar la tenencia de drogas para consumo personal. El fallo acordado por los integrantes del máximo tribunal en el caso Arriola apuntó a defender la autonomía personal y el derecho a la intimidad. También estableció circunstancias en las que la tenencia podía ser castigada, como en situaciones de consumo en la vía pública. El análisis de lo que sucede en los juzgados federales indicó que, en la práctica, la posesión de estupefacientes hacía tiempo que no era penada. Fueron 87 casos los derivados a tratamiento médico en 2007 y 24 en 2008, antes de bajar a cuatro el año último.

Las 321 personas involucradas en esas 115 causas judiciales aceptaron voluntariamente iniciar una rehabilitación a cambio de la suspensión del proceso penal, tal como lo establece la ley 27.737. ¿Por qué unas causas llegan a esa instancia y la mayoría es descartada tras las primeras fojas del expediente? Ni en el análisis de los casos ni en las entrevistas con los jueces pudieron encontrarse los motivos para tan diferentes finales.

Es que cada caso llevado a tratamiento por orden judicial tuvo distintas características, sin un patrón común de conducta. El 66,2 por ciento tuvo que ver con tenencia de marihuana, mientras que el 25,6 por ciento fue por consumidores de cocaína; salvo un único caso por uso de paco, el resto fueron causas por posesión de drogas sintéticas.

En el fallo Arriola, la Corte despenalizó la tenencia para consumo personal de hasta 1,1 gramos de marihuana. El 74,3 por ciento de los casos con sentencia de medidas curativas o educativas resueltos por los tribunales de la Capital fue por posesión de hasta 50 gramos de marihuana. Incluso hubo casos con más de 300 gramos de marihuana encontrados en poder de la persona enviada a terapia de recuperación, situación que benefició también a infractores con hasta 50 pastillas de drogas sintéticas; el 90 por ciento tenía más de 11 pastillas al ser arrestado. El 24% de las causas resueltas de consumidores de cocaína se abrieron por tenencia de entre 10 y 50 gramos. Cada dosis es inferior al gramo.

El perfil del consumidor llevado a tratamiento por orden judicial establece que en un 90% se trata de varones, con estabilidad laboral en un 60 por ciento. Más del 80 por ciento fue arrestado en la vía pública por tenencia de drogas. Sólo el 23 por ciento tenía antecedentes penales.

En promedio, cada juzgado en la Capital decide cuatro medidas curativas al año.

8752
Causas por ley de drogas

Cerca del 99 por ciento de los expedientes por infracción a la ley 27.737 ya eran archivados antes del fallo de la Corte Suprema en el caso Arriola, en agosto del año pasado.

115
Causas con medidas curativas

Un porcentaje mínimo de los casos que involucran la tenencia de drogas terminaron en resoluciones que posibilitaron acciones de rehabilitación médica de los consumidores.

"UNA GRAN DEUDA SOCIAL Y LEGISLATIVA"

  • La jefa del Comité Asesor de Narcotráfico del Ministerio del Interior, Mónica Cuñarro, afirmó ayer que existe "una gran deuda social y legislativa" en materia de control de las adicciones, instó a que el tema "deje de ser tabú" y consideró que cada cartera de salud del país "debería firmar un protocolo que priorice la desintoxicación y la atención de urgencia". Y agregó: "Debe exigirse que cada cartera de salud firme un protocolo que priorice la desintoxicación, la atención de la urgencia y la internación hasta 30 días, un control en las obras sociales y las prepagas que por ley están obligadas", según informó la agencia Télam.