lunes, 11 de abril de 2011

Sin radares, sin aviones, sin ley


Sin radares, sin aviones, sin ley

El Estado está prácticamente desarmado para enfrentar con posibilidad de éxito los vuelos ilegales

Lunes 11 de abril de 2011 | Publicado en edición impresa

Daniel Gallo

LA NACION

Los vuelos ilegales representan uno de los problemas estratégicos del Estado. El narcotráfico aprovecha esa vía libre en el aire, y ningún programa de prevención de consumo de drogas será útil si la oferta no se detiene. El trabajo de las fuerzas de seguridad tiene aciertos en el aumento de decomisos de las avionetas y su carga. Pero sin radares, el Estado está ciego. Y sin ley de derribo, el Estado está limitado.

Al hacerse referencia a los vuelos ilegales, siempre aparecerá la controversia por la radarización incompleta del país. Los proyectos se sucedieron en los gobiernos de Carlos Menem, Fernando de la Rúa, Eduardo Duhalde, Néstor Kirchner y Cristina Kirchner. Hoy siguen los solitarios y viejos radares móviles instalados en Resistencia y Posadas, además de los poco útiles radares de tiro del Ejército, en Formosa y Salta.

Ahora, la empresa Invap logró la adjudicación directa para la construcción de radares militares, un proyecto que, extrañamente, maneja el Ministerio de Planificación y no el de Defensa.

Por el momento, la promesa oficial es esperar, como ocurrió antes. Mientras tanto, las avionetas ilegales mantienen su actividad y el Estado, directamente, no las "ve". El año pasado, el centro de control de la Fuerza Aérea, instalado en un búnker subterráneo en Merlo, sólo emitió 14 avisos sobre intrusos a las fuerzas de seguridad federales. Hace más de diez años que esos radares móviles están fijos en los mismos lugares. Será difícil que se descubran muchos vuelos ilegales de esa forma. Las avionetas sólo deben esquivar el alcance de esos radares para llegar siendo "invisibles" incluso hasta el Gran Buenos Aires.

Como forma de patrullar la zona de frontera, el año pasado hubo una iniciativa para adquirir aviones no tripulados a una empresa israelí. Brasil ya había comprado esa tecnología para sumarla a sus sistemas completos de vigilancia aérea. Dado que las fuerzas armadas argentinas tienen sus propios desarrollos de aviones no tripulados se frustró la negociación internacional. Mientras se espera a que esa tecnología nacional sea puesta a punto, el espacio aéreo seguirá prácticamente liberado para las avionetas ilegales.

Sólo el esfuerzo casi artesanal de la Gendarmería muestra algunos resultados positivos. El área antidrogas de esa fuerza creó una unidad especial para investigar las potenciales pistas de aterrizaje. Así, los gendarmes lograron ejecutar varios operativos. En breve, esas unidades tácticas podrían contar con helicópteros de transporte Huey II.

Pero más allá de las investigaciones sobre las redes del narcotráfico -en general, en un mismo embarque llega droga de varios minicarteles-, el Estado mantiene la deuda de promover un debate sobre la ley de derribos, la autorización legal para disparar a aeronaves intrusas. Un radar sin un avión interceptor no tiene sentido, y éste, sin órdenes de disparo, tampoco. La Argentina no tiene radares, no tiene aviones y no tiene ley de derribo. En cuatro cumbres presidenciales desde 2005 se autorizó, por decreto, a disparar contra potenciales aeronaves ilegales. En esos días, obviamente, nadie voló de manera ilegal.


SECUESTRARON CUATRO TONELADAS DE MARIHUANA

Unos 4153 kilos de marihuana, cuyo valor comercial alcanza los 17 millones de pesos, fueron incautados anteanoche por la Prefectura en la localidad de Puerto Rico, en la provincia de Misiones. El procedimiento fue el resultado de tareas de investigación que permitieron determinar que se intentaría ingresar droga desde Paraguay hacia la Argentina, por lo que se dispuso un operativo de vigilancia de la zona. Las tareas se iniciaron a las 22.15, cuando los efectivos observaron cinco botes a remo, provenientes de la costa paraguaya, donde hallaron la droga. Interviene en la causa el Juzgado Federal de Eldorado, a cargo de José Luis Casals.

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