lunes, 4 de abril de 2011

Puntos ciegos en el territorio argentino

Puntos ciegos en el territorio argentino

Domingo 03 de abril de 2011

Blind spots . Puntos ciegos. Así es como figuran en los cables de la diplomacia estadounidense las vastas zonas del norte y centro del país por donde transitan los cargamentos de drogas que llegan desde los países andinos rumbo al mercado doméstico y a Europa. Los mismos cables en los que los diplomáticos y sus informantes en las cúpulas de la Gendarmería y de la Policía Federal, entre otros, alertan sobre un tráfico "creciente", beneficiado por los pésimos o corruptos sistemas locales de detección y de reacción.

"En una reunión informativa con funcionarios de la Embajada, el 18 de diciembre, altos oficiales de la Gendarmería dijeron que estaban preocupados por el uso creciente de aeronaves livianas para traer cocaína a través de la frontera norte de la Argentina a pistas de aterrizaje remotas", consta en un cable reservado del 9 de enero de 2009, que obtuvo WikiLeaks y cedió a La Nacion. "La limitada cobertura de radares y capacidad de vigilancia, dijeron, significaba que la Argentina tenía numerosos puntos ciegos grandes en sus provincias norteñas", en particular en Santiago del Estero, Chaco e incluso el norte de Santa Fe.

Un año y medio antes, el 27 de agosto de 2007, como ministro del Interior a cargo de la Gendarmería y otras fuerzas de seguridad, Aníbal Fernández, le había reconocido al entonces embajador Earl Anthony Wayne que los radares argentinos eran "artesanales" y que el país carecía de la tecnología "necesaria para confrontar agresivamente el problema".

Sin embargo, la porosidad de las fronteras no se corrigió. A tal punto que cuatro años después del primer reclamo de la Gendarmería de marzo de 2005 sobre la falta de radares -"un problema importante y creciente", como lo definieron ante sus interlocutores estadounidenses-, el crecimiento de los vuelos clandestinos y la imposibilidad de controlar el tráfico por Salta y Jujuy, que consta en los cables, en marzo y julio de 2009, la Gendarmería insistió en pedir ayuda y donaciones al gobierno de Estados Unidos.Nueva presión

En marzo, el comandante Héctor Schenone le pidió helicópteros de transporte militar ante lo que caracterizó como "una nueva presión de los narcotraficantes operando desde Bolivia", y en julio, la fuerza considerada "socio clave" de la Embajada en la lucha contra las drogas, pidió asistencia para completar un centro de coordinación, con un costo de sólo US$ 14.000 en equipos de computación.

Sin embargo, la fuerza detalló otras dificultades -más allá de la infraestructura y la escasez presupuestaria- para enfrentar a "los miembros de las organizaciones del narcotráfico" que a principios de 2005 la Gendarmería ya había detectado "operando en la zona" de Salta y Jujuy.

Así, los comandantes de la Gendarmería Jorge Tapia y Aníbal Maiztegui -a cargo de la unidad nacional contra narcóticos de la fuerza- plantearon que los jueces federales con jurisdicción en la zona "tenían más interés por asuntos de la política local que por aplicar la ley", resumió el embajador Lino Gutiérrez, que calificó a Salta, dada su ubicación entre Bolivia, Paraguay y Chile, como "la provincia crítica para detener el flujo de drogas ilegales hacia la Argentina".

http://www.lanacion.com.ar/1362538-puntos-ciegos-en-el-territorio-argentino

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